Un obrero permanece tres días entre los escombros, sin alimentos ni agua. El jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, Mario Casaretto, aseguró que un sensor detectó que hay una respiración en el interior de la obra y que un perro olió presencia humana en los sótanos. “Se han hecho pruebas con un sensor auditivo y se puede sentir la respiración bajo la tierra”, comentó a América Noticias. Se trataría del obrero Martín Huerto Garrido, un hombre de 53 años, que el sábado salió de su casa para ir a trabajar al inmueble ubicado en la avenida Abancay (Centro de Lima). Su familia está convencida de que se trata de él. “Los obreros de la obra clandestina se dieron a la fuga, se escaparon y no sabemos cuántos eran”, comento Casaretto. Remarcó que el albañil podría haber sobrevivido gracias a un “triángulo de vida”, pese a que el segundo piso del inmueble sepultó los dos sótanos que se construían de manera ilegal en el lugar.