La mayoría de personas que sufren de alguna fobia, entendida como el miedo irracional y desproporcionado hacia una situación u objeto, aprende a convivir con tal desorden. Sin embargo, muchas de ellas ven afectado el normal desenvolvimiento de sus actividades diarias, realidad que puede indicar la necesidad de buscar atención especializada.
Aquí algunas fobias que pueden requerir tratamiento:
Glosofobia. Miedo a hablar en público.
Ereutofobia. Miedo a ruborizarse frente a otras personas.
Agorafobia. Temor a lugares públicos.
Cuando el especialista determina la necesidad de recurrir a tratamiento médico, la fobia se puede controlar mediante dos métodos: a través de ejercicios de relajación o medicamentos.
En el primer grupo, se le recomienda al paciente a realizar sesiones de yoga o ejercicios de respiración para controlar los miedos. En el segundo grupo, en función de la gravedad de la fobia, se pueden recetar antidepresivos o ansiolítico para tratar los cuadros de ansiedad.