La llegada de un bebé es motivo de alegria. Pero recuerda que se trata de ser frágil al que debes proteger desde que llega a casa. Toma en cuenta algunas situaciones.

Una vez que tus amigos y familiares se enteran de la llegada de un bebé, todos se preparan para conocer al nuevo engreído. Sin embargo, y aunque pienses que puede resultar un poco descortés, es mejor evitar saturar al pequeño de visitas, al menos por el primer mes. Recuerda que tu pequeño recién se está adaptando al mundo exterior, y sería fácil de que contraiga algún virus por parte de los demás.

Por otro lado, a la hora del nacimiento, la piel del pequeño puede adquirir un color amarillento propio de sus primeros días de vida. Esto se produce porque los recién nacidos tienen que destruir un exceso de glóbulos rojos producidos durante el embarazo y liberar un pigmento llamado bilirrubina. Esta situación solo durará algunos días. Pero si crees que persiste por más de dos semanas, acude al pediatra para descartar cualquier problema.