La suele ser un proceso muy complicado para los chicos. Los cambios físicos y hormonales hacen que su vida y personalidad se altere. Por todo ello, llevar una buena relación con ellos es cada vez es más difícil, en especial para los padres. Si tu ya empezó a experimentar estos cambios, mejor preparate y has caso a estas recomendaciones:

1. Piensa en tu propia , toma esa información como referencia y preparate para los altibajos que él experimentará. También busca información y consulta en los libros. 

2. Conversa abiertamente sobre temas relacionados con el sexo, las drogas, el tabaco y el alcohol antes de que se exponga a ellos. Resuelve sus dudas y explícale qué es correcto y qué no lo es.

3. Tal vez no te agrade la idea de que tu se pinte el cabello o comience a vestirse de forma estrafalaria, pero piénsalo dos veces antes de oponerte. Guarda las objeciones para temas importantes como el consumo de drogas, tabaco o cambios permanentes en su aspecto.

4. Respeta su intimidad y no esperes que te cuente todo lo que le pasa. Aunque, por motivos de seguridad, siempre debes saber dónde está, con quién está y que está haciendo. Tu debe saber que confías en él.

5. Conoce a sus amigos y a los padres de sus amigos, así sabrás si tu hijo tiene malas compañías y si es necesario tenerlo “vigilado”. Conocer a los otros padres será un apoyo adicional.

6. Los cambios drásticos o duraderos indican que algo anda mal. Aprende a identificar señales de alarma como: aumento o perdida de peso, problemas de sueño, cambio repentino de amigos, faltas en la escuela, bajas notas, pensamientos suicidas, consumo de sustancias ilícitas o problemas con la ley.