Una mujer inglesa fue diagnosticada con hipersensibilidad electromagnética (EHS) y cualquiera que use WiFi o celular a su alrededor le causaría un ataque similar a un shock alérgico.
Jackie Lindsey ha alejado los productos eléctricos de su vida y solo utiliza velas para la luz, el gas para la cocina. El traje que lleva es de tela de plata.
Sus vecinos de la localidad rural de Wimborne, en la región de Dorset (sur de Inglaterra), a donde Lindsey se mudó hace ocho años, ya se acostumbraron de ver a la mujer, cada vez que sale de su casa totalmente protegida de la electricidad.
Lindsey siempre fue una mujer sana, hasta hace ocho años cuando comenzó a sufrir problemas neurológicos intensos, como mareos, dolores punzantes en los ojos y entumecimientos en sus manos. Sin embargo, los exámenes médicos no permitían diagnosticarle una certera patología.
Por ello, comenzó a investigar por su cuenta durante tres años, hasta que descubrió el EHS, una enfermedad no reconocida por las asociaciones médicas del Reino Unido, pero que cuenta con estudios certificados en otros países, como en Suecia, donde ya se considera una discapacidad. Se cree que el 4 por ciento de los británicos sufre esta patología.