Viviendo separados pero juntos -en inglés 'Living Apart Together' (LAT)- es una tendencia que se registra desde hace algunos años entre parejas del hemisferio norte.
Consiste en vivir en casas separadas o habitaciones individuales y dejar la intimidad para el fin de semana o cuando sus estilos de vida se lo permitan.
Muchos creen que así se evitan peleas que desgastan la relación. Sin embargo, la psicoterapeuta María Lozano cree que esta no es una buena salida porque los problemas cotidianos son normales y, a su parecer, ayudan a que la pareja se conozca mejor, 'lo único que no podemos soportar es la violencia', agrega.
La especialista piensa que una pareja joven puede inclinarse por esta opción, o separarse cuando decae su interés sexual. Esto ocurre -según comenta- porque actúan bajo un pensamiento tipo: 'si no me satisfaces o no estás a mi altura (en metas profesionales), hasta aquí nomás'.
Hay que tener en cuenta que las parejas cambian con el tiempo. En la mediana edad, la convivencia se caracteriza por un afecto casi fraterno. 'Cuando la atracción sexual disminuye, quedan otros aspectos que también hay que valorar', explica Lozano. Uno de ellos es el diálogo, según refiere, contarse lo que les ocurre en el día o planear un viaje juntos, también ayuda a mantener vivo el cariño.
