El tenis es un deporte más justo gracias a la tecnología.
El tenis es un deporte más justo gracias a la tecnología.

Dicen que la perfección es una utopía para los humanos, pero si interviene la tecnología, quizás esta ansiada meta sea ya una realidad. Por lo pronto, en el tenis, ese hermoso deporte donde nos han deslumbrado maravillosos jugadores como Roger Federer, Iván Lendl, Roy Emerson, Rafael Nadal, John McEnroe, Martina Navratilova, Steffi Graf, Jimmy Connors, Pete Sampras, Serena y Venus Williams y, en el Perú, Alberto Olmedo, Jaime Yzaga, Laura Arraya y Alejandro Aramburú, la perfección, y con ella un más justo, ha llegado.

LA TECNOLOGÍA LO VE TODOMientras en el fútbol el VAR causa polémica, en el tenis el sistema Ojo de Halcón (Hawk-Eye) ya lleva casi 15 años usándose sin mayores inconvenientes.

Patentada en 2015 en Inglaterra por ingenieros de la empresa Roke Manor Research Limited, esta tecnología fue autorizada casi de inmediato por la Federación Internacional de Tenis, y en 2006 empezó a usarse en el Abierto de Estados Unidos. Hoy no hay torneo importante que no la aplique.

  1. El sistema se basa en cálculos de triangulación a partir de imágenes aéreas y mediciones de tiempo proporcionados por, al menos, cuatro cámaras de vídeo de alta velocidad. El Hawk-Eye trabaja con animaciones 3D, y sigue la trayectoria de una bola dudosa y determina si ha entrado o no, con un margen de error de tres milímetros.
  2. Sin embargo, en 2017 apareció un competidor para el famoso Ojo de Halcón. Una empresa española patentó el sistema FoxTenn que, aseguran sus creadores, tiene dos ventajas sobre su rival: su margen de error es de cero milímetros y, además, es más barato.

¿Cómo han logrado esto? Gracias a la . Primero, ampliando el número de cámaras a 22 (40 si el partido es de dobles), poniéndolas a ras del piso (por eso su nombre “fox”, zorro en español, pues “camina” por el piso y no está en el aire) y usando “escáneres/láseres que determinan exactamente lo que ha pasado”, explican sus creadores.

MATCH POINT: HABLAN LOS EXPERTOSAlejandro Aramburú, representante del tenis peruano en su hora más gloriosa junto con Jaime Yzaga, Carlos Di Laura y Pablo Arraya, lo dice sin tapujos, “el tenis es un deporte más justo gracias a la tecnología”.

“Hubiera deseado que en mis días de jugador esta tecnología hubiese existido, porque se habrían evitado grandes controversias. Yo sufrí mucho con bolas mal cantadas en momentos decisivos. En el tenis, el aspecto psicológico es muy importante, y una bola mal cantada en un momento determinante podría arruinarte un partido”, nos cuenta.

“Además, la repetición es inmediata y la ven, al mismo tiempo, los jueces, los tenistas y los televidentes, por lo que la decisión del juez siempre será justa, inmediata y refrendada por todos”, asegura Aramburú.

“No todos los torneos usas estos sistemas, hoy los vemos básicamente en los y en los Masters, pero, felizmente, el avance tecnológico está permitiendo que los costos se reduzcan y sean más los certámenes que cuentan con Hawk-Eye o FoxTenn”, agrega.

Sin embargo, no todas las jugadas son revisadas por estas tecnologías. Solo se activa cuando los jugadores lo solicitan, y estos no pueden hacerlo cuando se les antoje. En general, cada tenista tiene dos oportunidades de pedir un “challenge” o revisión por set, que se amplía a dos más en caso de tiebreak o desempate.

Aramburú, hoy que es formador de nuevos valores, señala que su uso también es estratégico. “Si estás ganando 5 juegos a 1, y en el sexto llevas una ventaja de 40-0, sería una tontería pedir un ‘challenge’. Hay que saber dosificarlos para momentos de extrema necesidad”.

SU USO EN OTROS DEPORTESEl Ojo de Halcón nació en el tenis, pero ha ingresado con éxito a deportes como el cricket, el vóley, el rugby y el fútbol, sobre todo para determinar si una pelota ingresó o no al arco y fue gol.

Sin embargo, su uso en este terreno era básicamente para la televisión, pues los jueces lo usaban tímidamente. Hasta que llegó el famoso , que ha venido a revolucionar este deporte.

Según Aramburú, también fanático del fútbol, el Hawk-Eye o FoxTenn o tecnologías similares que se apliquen al deporte, deberían usarse ya para determinar si una pelota fue gol, si un balón salió, si hubo o no posición adelantada, “pues su precisión es del 100%. Esto debería mostrarse, como en el tenis, de inmediato en las pantallas gigantes de los estadios y en la señal de televisión, para que los espectadores certifiquen que lo cobrado fue justo, que si hubo aunque sea un milímetro de posición adelantada, la decisión del juez de cobrarla está justificada”.

“En jugadas de contacto como un penal o un foul, yo todavía dejaría eso en criterio del árbitro, pues requieren una interpretación”, sostiene.

Como vemos, el deporte está cambiando gracias a la tecnología, y hoy cada vez es más justo. No olvidemos, eso sí, que esta revolución nació en el tenis.Así compiten Huawei y Apple en autosuficiencia tecnológica

Apple y Huawei parecen ser los cerebros que orquestan un enorme cuerpo internacional de músculo de ingeniería. Diseñan su propio software, procesadores, módems y teléfonos, pero finalmente tienen que entregar esos planes a una legión de proveedores y fabricantes transnacionales.

ofrecerá el viernes la primera visión de un software interno que algún día podría reemplazar a Android de, un paso importante para reducir su dependencia de la tecnología estadounidense.

Con el nombre en código “Hongmeng” o “Ark”, el sistema operativo de larga gestación pronto podría llegar a televisores inteligentes y teléfonos de gama baja. El sistema operativo representa el cambio de Huawei hacia la autosuficiencia, en vista de que las sanciones estadounidenses le cortaron el acceso a tecnología vital y la escalada de aranceles entre Estados Unidos y China pone en peligro una cadena de suministro global cuidadosamente orquestada.

Los esfuerzos de Huawei realmente reflejan el objetivo de: desarrollar líneas de suministro y producción verticalmente integradas que ayuden a reducir la exposición a las fuerzas del mercado inclementes, los proveedores poco confiables y eventos impredecibles como disputas comerciales internacionales.

El nuevo entorno hostil está poniendo a prueba no solo el eslogan "Diseñado en California, ensamblado en China" de Apple, sino la preparación general de dos gigantes que fabrican teléfonos inteligentes ante la fracturación del modelo “Hecho en China” de hace décadas. Este es un vistazo a la dependencia de Apple y Huawei de proveedores externos.

  • Sistema operativo: la fortaleza de Apple siempre ha sido la integración de software con hardware, y tiene un control absoluto sobre iOS. Huawei está tratando de hacer lo mismo con Hongmeng, pero tiene todo por demostrar, a partir de hoy. En el futuro previsible, Huawei seguirá dependiendo de Android para sus teléfonos inteligentes convencionales, especialmente fuera de China. Ventaja: Apple.
  • Ecosistema de software: la enorme fortaleza de iTunes, la App Store y un seguimiento dedicado de desarrolladores entusiastas de aplicaciones es una ventaja enorme y rentable para el negocio móvil de Apple. Huawei necesitará desarrolladores para crear aplicaciones valiosas para su ecosistema, que es otro importante signo de interrogación alrededor de Hongmeng. Ventaja: Apple.
  • Procesadores: ambos diseñan sus propios procesadores pero ninguno controla su producción real. En cambio, confían en Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. para ensamblarlos y en un brazo de para las licencias que necesitan para diseñar semiconductores. Ventaja: ninguno.
  • Memoria y almacenamiento: SK Hynix Inc., y Micron Technology Inc. se encargan de las necesidades de almacenamiento de los dos fabricantes de teléfonos inteligentes. El dúo coreano tiene una ventaja significativa en los módulos de RAM. Ni Apple ni Huawei tienen la capacidad de producir sus propios chips de almacenamiento, aunque Huawei lanzó recientemente la Tarjeta de memoria Nano. Ventaja: ninguno.
  • Pantalla: Samsung es el mayor proveedor de las pantallas orgánicas de diodos emisores de luz que usa Apple para sus dispositivos iPhone X y XS de primer nivel. Otros, como Japan Display Inc. y LG Display Co. proporcionan paneles de pantalla de cristal líquido para modelos similares al iPhone XR y anteriores. Si bien Huawei va por el mismo lado, depende cada vez más del proveedor de equipo local BOE Technology Group Co. para sus paneles OLED, que están comenzando a ganar clientes más allá de China. En resumen, ninguno es capaz de hacer la fabricación en sí. Ventaja: ninguno.
  • Módems: esenciales para la conectividad móvil, los módems serán cada vez más importantes con la transición a la tecnología de próxima generación. Apple recientemente acordó comprar la división de módems de Intel, un paso hacia el diseño de sus propios chips 5G. Pero Huawei ya se encuentra entre los líderes en este frente y anunció el módem Balong 5G01 en febrero. Al igual que con los procesadores, ninguno tiene sus propias instalaciones de silicio, por lo que volverán a depender de fundiciones especializadas. Ventaja: Huawei
  • Ensamblaje: y dependen en gran medida de ensambladores como Hon Hai Precision Industry Co., también conocida como Foxconn. Ambos también recurren a otros fabricantes por contrato taiwaneses –como Pegatron Corp., Compal Electronics Inc. y Quanta Computer Inc.– en diversos grados, mientras que Huawei también confía en Flex Ltd. Pero a diferencia de Apple, que decidió hace años externalizar gran parte de su producción global a China, Huawei opera algunas líneas altamente automatizadas para fabricar teléfonos de la serie P de primer nivel. Ventaja: Huawei
  • Otros: Apple y Huawei confían en una gran cantidad de empresas en otras partes de su producción de teléfonos inteligentes. Las empresas estadounidenses Skyworks y Qorvo proporcionan módulos de radiofrecuencia para facilitar las comunicaciones 3G y LTE. La empresa holandesa de semiconductores NXP es el proveedor de referencia de piezas NFC requeridas para pagos sin contacto. Sony Corp. es el líder indiscutible en sensores y módulos de cámara. Y Corning Inc., financiada por Apple, suministra vidrio templado. Ventaja: ninguno.

Apple y Huawei parecen ser los cerebros que orquestan un enorme cuerpo internacional de músculo de ingeniería. Diseñan su propio software, procesadores, módems y teléfonos, pero finalmente tienen que entregar esos planes a una legión de proveedores y fabricantes transnacionales.