La Conmebol anunció que el chileno Roberto Tobar, de 41 años, es el árbitro designado para la final de la Copa América en el estadio Maracaná en Brasil.
El árbitro estará acompañado por sus compatriotas, los asistentes Christian Schiemann y Claudio Ríos, y por el venezolano Alexis Herrera, cuarto oficial. Los cuatro serán parte del equipo que se encargará que todo salga conforme en el esperado encuentro entre Perú y Brasil este domingo.
En tanto, se informó que en la cabina del VAR se encontrarán Julio Bascuñan (Chile), Nicolás Gallo (Colombia), Alexander Guzmán (Colombia), Enrique Cáceres (Paraguay, observador VAR) y Jorge Larrionda (Uruguay, asesor de árbitros).
Porque eso es lo que necesita el colegiado chileno para dejar en el olvido aquellos ocho meses de sanción que le impuso el directorio de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile (ANFP) por el caso llamado "El Club del Póker", que era un grupo de árbitros que "se reunían clandestinamente para jugar a las cartas en un departamento de la ciudad de Santiago, beber alcohol y designar árbitros a dedo para los partidos de cada fin de semana", como publicó Infobae en un informe del 2018.
En estos juegos de Poker, el perdedor iba a dirigir partidos a provincias para que, con los viáticos, recupere el dinero que perdió en la apuesta, según reportó Infobae. "El "Club del Póker", que duró dos años sin que se supiera de su existencia, fue uno de los casos más escandalosos de corrupción del fútbol chileno", señala el medio.
Ser parte de este club le costó a Roberto Tobar una sanción de ocho meses de inactividad entre 2012 y 2013. Tiempo que le sirvió para reflexionar y enderezar su carrera como árbitro, pues después de ese episodio su carrera fue ascendente al punto que en noviembre del año pasado dirigió la final de ida de la Copa Libertadores entre Boca Juniors vs. River Plate.
Para la final de la Copa América entre Perú vs. Brasil, como en aquella final de Copa Libertadores, Roberto Tobar contará con la asistencia del VAR, por lo que su trabajo debería ser impecable, si no quiere ser juzgado, nuevamente, por la afición del fútbol sudamericano.