El espectacular triunfo de Perú 3-0 sobre Chile, que nos permite jugar la final de la Copa América frente al anfitrión Brasil, más allá de la importancia netamente futbolística que acarrea, conlleva de refilón una enseñanza para quienes habitamos en este bendito país: con coraje, pundonor, disciplina y unión nada es imposible.
Además, esta victoria, que ojalá se redondee con el título el domingo, inyecta en las nuevas generaciones la costumbre del éxito y eso resulta muy importante, de cara a los retos que tengan que afrontar en todas las facetas de su vida.
Por todo esto: ¡Arriba Perú!