Redacción Ojo

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AZUCENA (52, Chaclacayo).- Sí que mi historia es increíble, doctora. Con Jorge tenemos seis reconciliaciones, incluyendo dos convivencias y un matrimonio. Como quien dice, nos odiamos mucho, pero no podemos vivir el uno sin el otro y por eso siempre estamos dándonos una nueva oportunidad.
Nuestro idilio es eso, amor y odio. No nos soportamos, nos llevamos mal, no coincidimos en nada; sin embargo, después de terminar y romper volvemos a estar juntos, urgidos de la necesidad de reencontrarnos.
Hemos convivido, como le digo, en dos ocasiones, con un promedio de seis meses cada una, y nos llevamos pésimo, discutiendo, sin ponernos de acuerdo en nada. Pese a ello volvimos a estar juntos y luego nos casamos con todas las de la ley, porque somos uña y carne, después de todo.
Pero el matrimonio duró tan poco que no sorprendió a nadie. Por el contrario, en tono de burla, los amigos nos decían que habíamos batido el récord estando juntos.
Y de ahí volvimos a juntarnos y ahora estamos en una nueva convivencia tratando de llevar adelante nuestra unión.
Creo, doctora, aparte de los dos hijos que tenemos, que me encanta la forma cómo Jorge me ama. En la intimidad se entrega totalmente, me devora, me asimila como nadie en este mundo y creo que él también encuentra en mí la pasión que le entrego las noches que, aunque pocas, nos llevamos de maravillas.
Pienso que, pese a todo, somos felices así y cada reconciliación es mejor que la otra.
Usted, doctora, qué piensa sobre nuestra curiosa relación, la forma cómo nos llevamos y nos reconciliamos.