Mariela (Santa Anita, 26). Doctora, llevo una relación de más de un año y medio, y de ellos 4 meses sin sexo. Todo empezó cuando estábamos en mi cama y le propuse a Luis que hagamos el amor, a lo que él me respondió que no le apetecía, algo muy extraño para mí ya que él siempre suele estar preparado para tener relaciones sexuales. Bueno, el tiempo pasó y cada día era lo mismo. Cada vez que nos veíamos, él evitaba tener relaciones sexuales conmigo, generando en mí una terrible irritación.
A pesar de ello lo dejé pasar, pero siempre me costó saber que él ya no tenía ganas de hacer el amor conmigo. Le confieso que cuando comencé a acostumbrarme a sus constantes rechazos, descubrí que me estaba engañando con Laura, mi mejor amiga.
Él se encontraba en mi casa y, harta de esta situación, tomé su celular y me fui corriendo hacia el baño, cerré con llave y empecé a revisar sus mensajes, mientras que él gritaba a más no poder que saliera de ahí. Al abrir sus cuentas me di con la sorpresa de que tenía cientos de fotos muy subidas de tono con mi amiga. Yo de cólera me envié una copia de todas esas imágenes a mi correo y tiré su celular al inodoro.
Al salir, me reclamó por lo que hice y yo le recriminé sus encuentros con mi amiga. Él no supo qué responder y se fue. Ahora estoy en mi casa y me siento fatal, ya que he perdido a mi novio y a quién creía mi amiga del alma. No sé qué hacer. Ya le comenté a Luis que tengo todas las fotos y que pienso hacerles pasar una vergüenza a ambos frente a nuestro círculo de amigos.