ALEJANDRO (34, Independencia). Todos mis amigos están que comentan sobre la decisión que tomé. La mayoría me critica y hasta me tildan de loco. Sin embargo, doctora, estoy dichoso por lo que voy hacer: casarme con Laura porque cocina estupendo.
Yo lo he dicho y me siento orgulloso de mis palabras. Nadie en el mundo cocina mejor que Laura. Tiene una sazón prodigiosa y me extraña que ningún otro hombre la haya pretendido. Todas las veces que nos juntamos y me prepara sus maravillosos platos, quedo encantado, feliz de la vida, chupándome los dedos, regocijándome satisfecho.
A ella la conocí, justamente, en una pollada y apenas probé el plato quedé maravillado. Así, sorprendido, busqué a la cocinera y así, de a pocos, germinó una bonita amistad entre los dos.
Laura tiene otros atributos, además. Es linda, de ojos ensoñadores y sonrisa dulce. Me gusta. Y pues, con el plus de su sazón, quedé enamorado de ella, tanto que le pedí matrimonio.
Mis amigos afirman que hay otras mujeres en el barrio que están rebuenotas y solas, pero a mí me gusta mucho Laura, la pasamos de maravillas cuando nos juntamos para ir al cine, a pasear, de compras, lo que le gusta mucho a ella, y luego darme el gran gusto de probar sus deliciosos platos.
Es la verdad, doctora. No lo voy a negar, ni tampoco voy a inventar cosas: a mí me encanta Laura por la forma cómo cocina, me satisface totalmente y por eso no la voy a dejar irse de mi lado ni loco.
Usted ¿qué piensa, doctora, sobre de la decisión que he tomado acerca de la mujer que se convertirá en mi esposa?
RESPUESTA
Imagino que lo has pensado bien, y los pro y los contra de llevar a esa chica al altar. No es una decisión que se toma así por así.