Vanessa (24 años, Santiago de Surco). Soy hija única, doctora Moro. Mi padre me crió y cuidó después del abandono de mi madre.
Desde siempre, él solía realizar reuniones en casa con sus amigos mientras veían fútbol. Al principio no me importaba mucho, además mi papá trataba de mantenerme alejada.
Sin embargo, conforme pasaban los años, las restricciones conmigo fueron disminuyendo y pasé a tener un vínculo más cercano con sus amigos, sobre todo con Carlos Antonio.
Con el tiempo empecé a verlo con otros ojos y él también a mí. Incluso se tomaba la molestia de ir con su auto hasta mi universidad e íbamos a comer postres. Claro, siempre lejos, porque no queríamos encontrarnos a ningún conocido. Solíamos hablar por horas, nos reíamos de todo y disfrutábamos el tiempo juntos sin que mi padre se diera cuenta.
Después de saber que enviudó, hace 2 años, nuestra historia se intensificó cuando le confesé mis sentimientos y lo besé de sorpresa. Desde ese entonces tenemos continuos encuentros románticos y ardientes.
Hace unas semanas, Carlos Antonio me pidió que formalizáramos nuestra relación. Al principio me sentí feliz y le dije que me encantaría ir al altar y pasar el resto de mi vida junto a él, pero ambos sabemos que, para disfrutar de nuestro amor, tendremos que vencer a medio mundo por nuestra felicidad.
No sé qué hacer, doctora. ¿Cómo le explico a mi padre lo que ha ocurrido? Tengo miedo de causarle decepción o un dolor que pueda afectar su salud. Ayúdeme, por favor.
OJO CONSEJO:
Evalúa si lo que sientes por Carlos Antonio es realmente amor o solo una ilusión. No tomes decisiones apresuradas y medita con madurez. Mucha suerte.
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